Hoy en día el río Margajita, situado en la provincia de Sánchez Ramírez, es el perfecto ejemplo de un hábitat sano, lleno de vida y de la convivencia armónica de la minería con otras actividades como la agricultura, la ganadería y la pesca. Sin embargo, en el pasado, la realidad de este río era totalmente diferente.
Por décadas, esta cuenca estuvo afectada por el agua que entraba en contacto con piedras de alto contenido mineral, produciendo agua ácida que fue a parar a los ríos de la zona. No obstante, esta historia cambió desde el inicio de nuestras operaciones.
Con nuestra llegada al país nos comprometimos con la protección del agua y el medio ambiente, haciéndonos cargo de la transformación del río Margajita. Para este proceso de saneamiento, invertimos en la construcción de una moderna planta de tratamiento de efluentes y en el diseño estructural de la mina que permite la recolección de aguas ácidas para ser tratadas.
El compromiso que tenemos en Barrick Pueblo Viejo con el agua también se refleja en el adecuado aprovechamiento del preciado líquido en nuestros procesos mineros. Durante el procesamiento del mineral, el agua se reutiliza y posteriormente, es tratada con la más alta tecnología. Las aguas ya tratadas y en cumplimiento con las normas ambientales son vertidas en el río Margajita, el único punto de descarga de agua de nuestra operación.
Hoy, tras la inversión, apoyo de cientos de colaboradores y acciones implementadas. Este río ha recuperado su equilibrio natural, y con ello, la capacidad para producir miles de peces, los cuales representan el sustento de cientos de familias en Sánchez Ramírez y comunidades vecinas. Además, estas comunidades hoy cuentan con acceso a agua limpia, lo cual es indispensable para el cuidado y protección de la salud.
Un lugar de valor es posible con Barrick Pueblo Viejo.